lunes, 1 de septiembre de 2014

A propósito de Flor, la especulación y el rol del periodista deportivo


 
El periodista deportivo es tan periodista como aquel que trabaja desde el ámbito de las “hard news” y trata temas de contenido político, económico y científico. Como profesión, el periodismo deportivo se sostiene por la gran responsabilidad social que implica traer coherencia y fiscalización efectiva a un mundo donde predominan las pasiones, la violencia y las luchas desiguales. No debe ser responsabilidad del periodista deportivo enaltecer imágenes y narrativas que acentúen la hegemonía mediática de aquellos atletas y clubes que sobresalen dentro del privilegio económico y publicitario. Mucho menos se espera que un periodista deportivo incite a discusiones polarizantes por medio del rumor, la especulación y el fanatismo.


En la tarde del domingo 31 de agosto, y como parte de la transmisión televisiva del partido de baloncesto entre las selecciones adultas de varones de Puerto Rico y Senegal, el reportero deportivo de Telemundo, Héctor Vázquez Muñiz, falló al código de ética  del periodismo al especular sobre la supuesta alegría del técnico puertorriqueño, Flor Meléndez, ante el pobre desempeño del equipo boricua en la Copa Mundial de la Federación Internacional de Baloncesto. Vázquez Muñiz basó su comentario en la creencia de que Meléndez, quien fue despedido como técnico del quinteto puertorriqueño, “sonreía” ante el fracaso de su sucesor en la dirección, el español Francisco Olmos. El comentario fue objetado por Meléndez a través de su cuenta en la red social cibernética de Facebook.

Más allá de la difamación y calumnia hacia una persona de respetada trayectoria deportiva, el comentario de Vázquez Muñiz se distanció completamente de la función periodística al expresar un argumento especulativo con el fin de entretener y proponer mayor controversia a las conversaciones cibernéticas promovidas por Telemundo a través de la plataforma social de Twitter.

Lejos de aportar con análisis crítico-constructivos y coherentes, el rumor e insinuación laceran la posibilidad de construir conversaciones reivindicativas en un mundo deportivo en donde las pasiones y fragmentaciones “amistosas” dominan el debate y posibilitan una multiplicidad de violencias discursivas. Ante este escenario de constante confrontación,  es indispensable que el periodista deportivo fiscalice desde lo social y promueva la integración de voces alternativas a la crónica, el análisis, la investigación, entre otras formas de representación y narrativas propias del deporte.      

(El autor es profesor del Departamento de Ciencias Sociales en la Universidad de Puerto Rico en Humacao. En el pasado trabajó como periodista para el diario Puerto Rico Daily Sun y el medio digital NotiCel.com.)

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