martes, 5 de julio de 2011

La conducta se proyecta primero en los dirigentes

Un espectáculo bochornoso se suscitó el lunes 4 de Julio y no necesariamente fue por los fuegos artificiales que se escucharon en la Laguna del Condado con motivo del día en que los estadounidenses reclamaron su derecho a ser libres. No se trata de eso, aunque por un momento pensé que la ira de un dirigente era representativa de alguna indignación colectiva que repudiaba el gasto excesivo de fondos públicos para celebrar la independencia de los Estados Unidos. Por supuesto, me equivoqué y sabía perfectamente que el berrinche de Nelson Colón comenzó como reacción inmediata luego de que el árbitro Alvin Boria cantara una falta personal sobre el jugador de los Atléticos, Manuel De Jesús.

La violenta reacción del técnico de los Atléticos de San Germán por poco provoca un motín en la Cancha Arquelio Torres Ramírez de la Ciudad de las Lomas y motivó a algunos fanáticos a lanzar objetos que agredieron al árbitro Boria.

Esas actuaciones de indisciplina no pueden suceder ni deben ser toleradas por los directivos de equipos ni la liga.

Un dirigente debe velar por su comportamiento y evitar salirse de control en momentos que realiza alegaciones a los árbitros. Ya sabemos lo que sucedió en San Germán. Otros incidentes lamentables también han ocurrido en años recientes. En el 2006, Manolo Cintrón lanzó un balón hacia un árbitro luego de que su equipo de Ponce fuera eliminado de la serie semifinal ante Caguas. Su reacción provocó que algunos fanáticos de los leones respondieran con violencia y comenzaran a cometer actos de vandalismo dentro del Coliseo Héctor Solá Morales de Caguas. El comportamiento reincidente de Cintrón se volvió a manifestar el sábado 2 de julio cuando por poco peleaba con fanáticos del quinteto pirata. Los ánimos se caldearon en Quebradillas.

Hay muchos más casos que se pueden añadir a la lista.

Estos incidentes no son cónsonos con el baloncesto de altura que se presenta en la Liga de Baloncesto Superior Nacional (BSN) de Puerto Rico. Violencia de este tipo le resta credibilidad al espectáculo y aleja a familias de las canchas. Si bien los/as fanáticos/as deben de poner de su parte y evitar perder el temperamento en los partidos, son los dirigentes, apoderados y otros directivos de franquicia, quienes están llamados a mostrar un conducta ejemplar y mantener su temple a la hora de proyectarse ante la afición deportiva y los medios de comunicación masiva. Los más altos cánones éticos deben regir sus intervenciones en actividades oficiales del BSN u otras organizaciones deportivas.

Esta conducta debe ser extensiva a las personas que son contratadas para animar partidos locales de algunos equipos. Su rol debe limitarse a ser animador y motivador de huestes. La incitación a la violencia verbal y la vociferación de epítetos irrespetuosos hacia oponentes y árbitros no deben ser admitidas en ninguna cancha.

No queremos que la temporada 2011 culmine como sucedió en el 7mo partido de la Serie Final 2010. Aquel bochornoso espectáculo no se debe repetir jamás.

Qué estas líneas sirvan de reflexión para dirigentes, apoderados, fanáticas/os y directivos del BSN. La violencia en las canchas debe cesar por el bien de Puerto Rico y por la defensa de la “¡Pura pasión!” que nos brinda en baloncesto boricua.

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