Por Rafael R. Díaz Torres
Como profesión e institución
social, el periodismo contemporáneo libra una dura batalla en aras de
reivindicarse y trascender la falta de sustancia hacia temas de importancia y
la ausencia de acercamientos investigativos en la fiscalización. Esta
problemática vinculada al contenido sucede en un contexto de precariedad económica
y aumento en los programas de reestructuración de empresas relacionadas a los medios
de prensa. Aunque no es un fenómeno exclusivo de Puerto Rico, en la Isla estas
reestructuraciones han incluido olas de despidos a obreros y obreras en las
áreas de información periodística. Dichas decisiones administrativas no solo
provocan el cesanteo de valiosos trabajadores y trabajadoras, sino también la
pérdida de ingreso para quienes mantienen familias. Pero hay más.