Por Rafael R. Díaz Torres
Las expresiones e intervenciones
de atletas en debates políticos y movimientos sociales han sido parte de
diferentes épocas del deporte institucionalizado. Aunque presiones desde
diferentes frentes (ej. corporativos, políticos y culturales) intentan operar
como objetores constantes al surgimiento de atletas-voceros de diversas causas
políticas, siempre surgen figuras deportivas que utilizan su influyente
presencia mediática para asumir posturas que trascienden el terreno de juego.
Tras las movilizaciones y olas de indignación generalizadas con los más
recientes casos de represión estatal y asesinatos a ciudadanos negros
perpetrados por policías en los Estados Unidos, jugadoras de la Asociación
Nacional de Baloncesto Femenino (WNBA, por sus siglas en inglés) pertenecientes
a las campeonas defensoras, Minnesota Lynx, utilizaron camisas de protesta y
convocaron una conferencia de prensa con el objetivo de demandar “justicia y
responsabilidad” ante las cuestionables muertes de ciudadanos negros a manos de
oficiales de ley y orden. La acción provocó la ira de policías de la ciudad de
Minneapolis, quienes, reclamando temor por su seguridad personal, decidieron
abandonar el partido matizado por la protesta pacífica y cesaron sus funciones
en el Target Center en la noche del sábado 9 de julio de 2016. El incidente
surgió en medio de la controversia que responsabiliza a la policía de Minnesota
por el asesinato del hombre negro, Philando Castile, quien fue baleado mientras
viajaba con su novia y la hija de ésta, en una intervención que ha provocado
protestas en diferentes ciudades de los Estados Unidos.